Hélice: La Paradoja de la Mejora Constante // Virgilio Orozco

HÉLICE: LA PARADOJA DE LA MEJORA CONSTANTE

Foto por: Andrew Ruiz, Unsplash

Ya no tanto pasado, suficiente cantidad de futuro y vivir presente

En esta columna / reflexión quiero tocar dos temas: Sobre la mejora continua, en términos de hacer trabajo personal y la relación del tiempo con vivir y disfrutar los momentos.

Siempre me ha gustado el tema de trabajar en mi mismo, desde mi perspectiva, estoy constantemente 'observándome' de manera que puedo ver qué cosas mejorar de mi. Pero hay algo que en el fondo de esto, termina siendo muy cansado el voltear a ver lo que 'falta'. Esto recientemente me lo explicaron como una hélice, en donde para que pueda funcionar hay dos partes: el lado positivo y el negativo (yo sé que parece que no tiene mucho chiste). Sin embargo, el lado positivo lo relacionan a las fortalezas y el negativo con las debilidades o áreas de oportunidad. (ponle el nombre que quieras).

En ese particular sentido, creo que en el fondo de mi, hay una parte que constantemente se exige a sí mismo y no deja de hacerlo, creo que de pronto rayo en el perfeccionismo, de manera tal, que me enfoco en "todo aquello que falta", esto trae por tanto; frustración, tensión, exigencia a mi, a personas en mi entorno y las cosas que hago. 

A raíz de experiencias del año pasado, comencé a ver mucho este tema en mi, el impacto que ha tenido en vida, y creo que voy mejor con el hecho de dejar ser y tolerar aquello que no es como yo espero que sea o como creo que 'debería' ser, de igual forma actualmente me cuesta y me lleva a actitudes pésimas con otras personas.


Entonces, creo que la importancia la veo en celebrar un poco más lo que hago bien, en lo que he podido conseguir con base en mis acciones, este año regresé a ciertos hábitos que me aportan, como el ejercicio, planear un poco más mi vida, con respecto a mi trabajo y mi persona (cosa que me ha constado, ya que nunca me he considerado una persona de futuro). 

Lo complicado del trabajo con hábitos es que, llega un momento en que, el cuerpo y las experiencias se habitúan al estilo de vida, lo cual hace que el progreso sea casi imperceptible. Dejo una serie de mensajes relevantes:

  • No dejes de ver la meta final. El beneficio de hacer lo que haces, incluso aquellas cosas que parecen insignificantes, pero aportan, desde la limpieza hasta el ejercicio, ese 1%.
  • Celebra lo que haces bien y regálate un momento para festejarte y hacer un stop.
  • Tolerar un poco más tu entorno inmediato y los sucesos que pasan a tu alrededor.
Finalmente, sobre el tiempo, me considero una persona muy de 'pasado' con un síntoma llamado melancolía, lo cual, a lo largo de mi vida ha hecho que me tope con pared en el sentido de que, voltear a ver aquello no tengo, me falta o lo que 'extraño' de antes, que no me permite ver lo que tengo hoy. 

Como mencioné anteriormente, estoy practicando un poco más el tema del futuro. Todos tenemos un estilo distinto y todo enfoque tiene su función. El futuro para planear, el pasado para honrar y el presente para disfrutar. Aún así, la mejor combinación de ello nos hace la vida un poco más llevadera. Mucho presente también es un reto, porque no te permite visualizar nada y es como vivir al día.

En un libro (autor: Ken Wilber) leí una frase muy interesante "definiendo" el presente que dice: "…preocuparse por el futuro del presente, no por el futuro del futuro." Es decir exceso de presente también es posible que te haga postergar porque no hace falta pensar en nada más que el propio momento.


Se dice que si vemos una línea temporal, tal como Newton la explica, veríamos (de izquierda a derecha, pasado, presente y futuro. El pasado puede llevarnos a estados depresivos, el futuro a la ansiedad y el presente esperar lo mejor, que luego no se espera nada. Todo exceso tiene su impacto, hay una frase que escuché de mi terapeuta que dice: "Todo paradigma, crea su propia destrucción" 

Me parece importante voltearse a ver y regalarnos una oportunidad para comprender esas contradicciones. Justo ahora pienso que yo mismo caigo en una especie de incongruencia con todo lo que acabo de escribir. 

A final de cuentas la relevancia queda en lo que tomo en cuenta con respecto a mis decisiones o mi perspectiva; alinearlo a lo que creo, cuestionando lo que haya que cuestionar, cumpliendo con mis prioridades o ligado a la intención que quiero poner a lo que hago.

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